El juego maldito

Era un festival cultural escolar, típico de los que se pueden ver en animes escolares, en donde los estudiantes de cada sección realizan una actividad de entretenimiento o montan algún tipo de negocio. 
 
Por alguna razón estaba cursando nuevamente la educación secundaria, de hecho este sueño es como la continuación de otro sueño que tuve el día anterior en donde me matrículaba, asistía a la ceremonia de ingreso de curso hasta llegar al punto en donde se me caían dos de mis dientes superiores,  bueno en mi pensar, creo que es continuación.

Mi clase había preparado una actividad que se me hacia completamente aburrida, "salto bungee", el porque se me hacia algo aburrido algo tan extremo como el tirarte de la azotea del instituo atado de pies y cadera es algo que no sé. La cuestion es que con los compañeros de la clase se quedaron atendiendo a la clientela que llegaba por lo que dispuse a merodear por ahí en busca de una máquina expendedora para tomarme un café enlatado. En lo que iba caminando un aula llamó mi atención, su puesto se veía virtual como un videojuego, tenía una clase en donde se apreciaban una estudiante, una maestra en su escritorio ubicado ligeramente a la izquierda de un pizarrón blanco que parecía más una pantalla que un pizarrón, tenía una serie de líneas como si del juego del ahorcado se tratara, lo miré y adiviné la palabra diciendo que era "sayain 3". Después de eso fui por mi café y pasando nuevamente por aquel pabellón en donde estaba esa peculiar aula, me quedé jugando; muchas de las palabras eran personajes de dragon ball, pero llegué a un punto en que no podía adivinar una palabra. Mis intentos comenzaron a manifestarse saliendo del mar con un salto y super mal formados, siendo Krillin el primero. Fallé muchas veces; en algún punto ya no estaba dentro de la escuela sino que era un espacio completamente distinto, como una sala de juegos, había un carro convertible Chevy Bel Air del 57, color morado y luces de neón; pero no era para manejar mas bien era para introducir las monedas o fichas y así poder jugar. A mí, ya me tenían como un objetivo y con la apariencia de MissaSinfonia seguí gastando mi dinero por puro orgullo ya que el encargado del lugar, un gato antropomorfo con la armadura de almudron, me había subestimado tras comentar que "era un humano tonto que les estaba llenando el bolsillo puesto que nunca podria adivinar la palabra".

En la obstinación comencé a ser parte de la escenografía del lugar, sentándome a la par de la chica que mencione antes. Ella tenía pelo corto hasta la nuca, uniforme escolar de marinera de blusa blanca y enagua azul, caucásica y ojos grisazules, no era bonita pero tampoco fea, así que comencé a seducirla. Era tierna cuando se sonrojaba y tenía una dulce voz especialmente al llamar a la sensei (maestra en japonés), quién era una joven pelirroja, peinada con una cola de caballo y flequillo, ojos azules, piel suave como la ceda, era blanca y su traje de oficina para hacer de maestra era de un color verde muy oscuro casi tirando a negro, el cuál resaltaba su prominente figura haciéndola verse mucho más madura y atractiva que su compañera.

Mientras alagaba y observaba a la chica de uniforme escolar de marinero, se me vino a la mente la respuesta y diciéndolo en voz alta, el resto del espacio se oscurecio. Solo había una leve luz fosforecente de un tono azul en el salón. recorrí los pabellones de la escuela o mejor dicho el pabellón porque fue un camino lineal con paredes negras que solo me llevaron al patio, donde no llegué más allá de la intensa penumbra que se cernía ante mis ojos. Debo destacar que el comportamiento de la luz que mencioné previamente era inusual, se ubicaba por encima de la cabeza iluminando un perímetro alrededor del individuo y cuando este se movía la luz se movía junto con dicha persona, por eso me fue fácil transitar por aquel oscuro pabellón mas no quisé aventurarme lejos del patio a donde había llegado pues no estaba solo y pensé en aquellas dos indefensas chicas con quienes estaba atrapado en esta dimensión o plano; así que decidí volver nuevamente a aquel aula en donde estaba la chica a la que había estado conquistando desde un principio y con la alumna disfrazada de profesora aunque cuando regresé ya no estaba vestida como tal sino que ahora portaba su uniforme reglamentario; ella estaba sentada a la diestra del escritorio donde me había posicionado con anterioridad justo a la derecha de la primera chica con uniforme de marinera, por lo que ahora estaba en medio de ambas chicas.

Con todo el descaro del mundo, aproveché para tirarle onda a la pelirroja, esta era mas tímida y se encongía de hombros con las palabras bonitas que le soltaba, no sé que estaba pensando la otra puesto que mi atención estaba completamente en la pelirroja; yo practicamente estaba cantando "dos chicas para mí" de manera metafórica. De pronto escuché a la chica de pelo corto decir "bienvenido de vuelta profesor". Él era un tipo alto, fornido que emitía un miasma completamente visible que lo rodeaba como si de su aura se tratara y con el caso del almudron del felyne.

Me observó y me dijo con voz robotizada pero bastante robusta: "felicidades por resolver el último arcetijo. Tu recompensa es la eterna oscuridad" y con estas palabras, todo se fue oscureciendo, la poca luz que quedaba de luz dejo de iluminar hasta dejar mi vision en una oscuridad total.

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