El matrimonio del destino

(12/07/2020)


A diferencia de como el título indica, no es en su  totalidad una historia de amor más bien es el sueño frustrado de algo que tal vez pudo haber sido (no realmente). Sobre la tierra se había cernido un virus mortal que afectaba únicamente a los pokemons (o pokemones, como sea que uses el plural). -Efectivamente en tiempos de pandemia (2020) sueño con virus mortales, el tema es que sólo afectaba a los pokemons.-


En el momento de mis sueños había quedado con una persona que cuando era más joven me tenía rendido a sus pies, pero yo era un sujeto tímido, con pocas aptitudes sociales (la verdad sigo siéndolo), por lo que nunca llegué a un avancé con ella más allá de una simple amistad. La cuestión es que en mi sueño el sentimiento parecía que era mutuo, hablábamos y sonreíamos juntos, ambos esperábamos ansiosamente una cita en la que habíamos quedado, aunque yo nunca asistí...


No por el hecho de mi timidez sino que en el centro de la ciudad capital se había desatado el caos. Los pokemons se habían vuelto locos a causa del virus, empezaron a atacar a los humanos y entre ellos. El síntoma más claro provocado por el virus era esa demencia desenfrenada dado a que se destruían las células del cerebro afectando ciertos sectores, sus ojos se tornaban blancos y tiraban espuma por el hocico.

Con un pichu en brazos, había sido acorralado contra la pared de un edificio con grandes ventanales, por criaturas de gran tamaño y lo único en que tenía en la mente era mi cita con aquella chica. En el momento en que un nidoking elevó su garra derecha dispuesto a encestar un golpe directo, desde un punto ciego en el cielo cayó un haz de luz, causando una gran explosión; tal impacto me mandó a volar hacia el edificio rompiendo los ventanales y también mandó por sobre los suelos a los pokemons atacantes en direcciones contrarias al punto de impacto, algunos de ellos huyeron despavoridos, otros quedaron gravemente heridos incluyéndome, pero había logrado proteger al pichu por lo que se encontraba en buen estado de salud.


Descendiendo, apartando el polvo provocado por la explosión, mi dragonite amigo había llegado al rescate (no sé porque pero este dragonite era capaz de hablar), me sujeto en sus patas delanteras y emprendió vuelo. Recuperando la conciencia habíamos llegado a un tipo de jurassic park lleno de pokemons, entre los que había divisado fueron torterras, gyarados, bulbasaurs, flabébés y sus formas evolucionadas floette y florges entre muchos monstruos de bolsillo más aunque en su mayoría destacaban los tipo hierba.


Empezamos a recorrer el camino de una cueva, mi dragonite me comentó que los pokemons que tenía a la vista huían fervientemente del virus, no querían más caos, muerte y destrucción; también me comentó que había una salida para solucionar todo. De repente, una luz me llamó la atención, le solicité a mi dragonite ir a ese punto y fue donde nos encontramos con un wyverian anciano (también conocido como primer wyveriano). Para aquellos que no sepan que es esa criatura que menciono, es un NPC (Non-Player Character) de la saga de videojuegos “Monster Hunter”, principalmente de “Monster Hunter World” que es donde hacen su debut, estos wyverianos, por lo menos no tienen el diseño común del resto, los cuales tienen orejas en punta, cuatro dedos y una postura unguligrada. El que apareció en mi sueño es aquel que te encuentras en el bosque primigenio o ancient forest, él es pequeño, con un bastón de madera (posiblemente una rama de un árbol desprendida), con un sombrero kasa puesto (sombrero cónico japonés) del cual baja un velo que le cubre completamente el rostro y finalmente con su singular traje verde.


Conversamos y él logró ver a través de mí, sabía que estaba preocupado por mi situación con la chica que quería, estaba destrozado por dentro pues había perdido una oportunidad que tanto había deseado, el cual era compartir momentos de mi vida con ella, siendo la cita, aquella tan esperada cita, el primer paso. Me dijo que si continuaba con mi misión, no llegaría a nada. Que si continuaba así, terminaría poniendo en peligro a mí y a aquellos que me acompañaban, es decir a mi dragonite y al pichu, debía despejar mi mente antes de continuar y fue cuando entré en un tipo de transe. El wyverian me pidió que me dejará llevar por la visión para ver qué era lo que realmente deseaba, si continuar mi viaje con mi dragonite para obtener la posible solución al problema con el virus o buscar mi propia satisfacción. En un túnel completamente oscuro logré ver una luz verde claro que parpadeaba constantemente, era una luz fosforescente que me estaba guiando a lo que fue la revelación. 


Era una fiesta de despedida de nuestros años mozos en la educación media donde  mis amigos, compañeros y conocidos estaban celebrando alegremente, los mire con cierta nostalgia y girando levemente mi cabeza a la izquierda fue cuando la vi a ella, en un hermoso vestido de una pieza aludiendo a los colores del cielo, su cabello atentamente cuidado y ese porte que la hacía sobresalir de los demás...pero se notaba un poco decaída; fue ahí cuando una lágrima salió de mi ojo derecho recorriendo la superficie de mi mejilla; de pronto escuché la voz de mi dragonite diciéndome: -Ve con ella, nosotros podemos aguantar. A lo que le impuse un “pero”, sin embargo, poniendo su garra en mi pecho sobre el corazón me dijo: -No te preocupes, todo esta bien- Y de un empujón caí sentado sobre una silla donde se supone que estaría si hubiese asistido a la fiesta en primer lugar, pasé de una ilusión a la realidad del sueño en un instante, a pesar de la distancia y tiempo.


No obstante, lo que me esperaba ahí eran miradas acusadoras; todos sabían que la había dejado plantada, todos estaban enojados conmigo aunque no me importaba; de la única persona que quería saber su estado de ánimo hacía a mí era la de ella. No podía contener mi agonía; tenía un nudo en la garganta. Rato después un amigo se me acercó y me aconsejó hacer las paces con ella aunque mis inseguridades me decían que no iba a funcionar. Lentamente me fui acercando a la mesa donde ella estaba, sus reproches con la mirada eran claras; no quería saber nada de mí, respirando hondo y con el pensamiento de los amigos que me apoyaron para este momento, me arrodillé a su izquierda y le dije con coraje: “Sé que lo que ya está hecho, no se puede deshacer y sé que no merezco perdón alguno. Fue una eventualidad circunstancial que me ha separado de mi destino, el cual fue estar contigo ese día, ese día que tanto habíamos anhelado. Pero si aún está en tu corazón el deseo de que ese día se hubiera dado, extiende tu mano y te prometo que en esta vez la sostendré fuerte para tenerte junto a mí en lo que resta de la noche”. 


La noche transcurrió y todos los presentes se retiraban a sus respectivas moradas, otros planeaban seguir la fiesta en otros sitios, mientras que yo veía como la chica más linda de todo el salón se despedía de mí con una bella sonrisa en la cara y un rostro resplandeciente. Hubo un time skip de quién sabe cuántos años, me acerque a una piedra que parecía una lápida pero no lo era, en ella había una fotografía grabada en medio. Era mi familia, la familia que había formado con aquella chica que tanto quise, nos habíamos casado y tenido progenie, estaba aliviado pero por alguna razón terminé en una silla de ruedas triangular donde solo tenía expuesta mi cabeza, luciendo un cabello largo descuidado y una barba un poco más grande que el tamaño medio. Mientras me cuestionaba qué había sucedido; fui llamado con la palabra “héroe” por mi chofer quien estaba de pie junto a un auto negro, al parecer era millonario y había sido condecorado por actos heroicos. Sin saber por qué; llegué a la conclusión que tal vez logré ayudar a los pokemons de sus estados de locura y que durante esa aventura había quedado incapacitado pero eso puede que se cuente en otro sueño….o no.


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